
La insuficiencia cardíaca es un trastorno crónico en el que el corazón pierde parte de su capacidad para bombear sangre de forma eficiente. Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más común en adultos mayores, en parte por el desgaste natural del sistema cardiovascular y la presencia de otras patologías como hipertensión, diabetes o enfermedades valvulares.
En la tercera edad, los síntomas pueden confundirse con signos normales del envejecimiento, lo que retrasa su detección. Por eso, es importante conocer las señales de alerta y observar posibles cambios:
- Cansancio constante: sensación de fatiga tras realizar actividades habituales o esfuerzos mínimos.
- Dificultad respiratoria: falta de aire al caminar o al estar acostado.
- Edemas: hinchazón en extremidades inferiores o abdomen por acumulación de líquidos.
- Incremento rápido de peso: suele estar relacionado con la retención de líquidos.
Desorientación o confusión: especialmente si aparece de forma repentina, puede ser síntoma de menor oxigenación cerebral. - Falta de apetito o digestiones lentas: consecuencia de una menor irrigación en el sistema digestivo.
Reconocer estos signos a tiempo permite intervenir antes y mejorar el pronóstico y la calidad de vida de quienes los padecen. Un diagnóstico temprano, junto con un plan de cuidados individualizado, puede marcar la diferencia.
En nuestra residencia, nos esforzamos por ofrecer la mejor atención gracias a un equipo cualificado que vela cada día por el bienestar físico y emocional de nuestros residentes.
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