Las caídas representan uno de los principales riesgos de lesión para las personas mayores. Esto es probable que ocurra en el hogar, un espacio donde pasan gran parte de su tiempo. En nuestra residencia sabemos lo importante que es adoptar medidas preventivas, por eso, hoy queremos ofreceros consejos para reducir el riesgo de caídas en nuestros mayores. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo afectan las caídas a las personas mayores?
- Consecuencias físicas: fracturas y lesiones musculares son comunes, lo que puede limitar la movilidad y aumentar la dependencia.
- Impacto emocional: el miedo a caer nuevamente puede generar inseguridad y disminuir su autonomía.
- Carga económica y emocional: las caídas a menudo implican tratamientos médicos costosos y preocupación en los familiares.
Medidas prácticas para minimizar riesgos
En nuestros hogares podemos aplicar acciones sencillas que marcan una gran diferencia:
- Instala elementos de seguridad:
- Coloca barras de apoyo en zonas como el baño y las escaleras.
- Utiliza adhesivos antideslizantes en la ducha o bañera y alfombrillas con buen agarre.
- Promueve hábitos saludables:
- Realizar ejercicios de equilibrio y fuerza, como yoga o tai chi, puede reducir significativamente el riesgo de caídas.
- Mantén revisiones periódicas de la vista y el oído, ya que los problemas sensoriales pueden aumentar los riesgos.
- Mejora la iluminación:
- Instala luces automáticas o de sensor en áreas de tránsito frecuente, como pasillos y baños.
- Asegúrate de que las bombillas sean de alta intensidad en zonas clave como escaleras.
- Organiza los espacios:
- Retira cables, muebles inestables u objetos pequeños del suelo que puedan causar tropiezos.
- Reorganiza las habitaciones para que los objetos de uso frecuente estén a mano y no se necesiten escaleras o taburetes.
- Adapta el mobiliario:
- Elige muebles con buena estabilidad y opta por sillas que cuenten con reposabrazos para mayor soporte.
- Considera instalar camas ajustables para facilitar el acceso y la comodidad.
Un compromiso con la seguridad
Crear un hogar seguro requiere atención constante y compromiso. Con pequeños ajustes en el entorno y fomentando hábitos saludables, es posible reducir significativamente el riesgo de caídas, asegurando que nuestros mayores disfruten de su vida diaria con mayor tranquilidad y confianza.